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Casas de Don Pedro se encuentra dentro de la Comarca de la Siberia, pero este topónimo ha perdido sus connotaciones negativas que hacen referencia a su aislamiento; y son muchos los estudiosos los que opinan que etimológicamente “Siberia” proviene de “Silverio” (selva o bosque), no sin falta de razón, ya que podemos encontrar extensiones boscosas y ricos vergeles formados pos cientos de arbolados, arbustos y matorral, así como abundantes pastos finos en los valles. La comarca es muy montañosa y accidental al norte y al centro y más llana en la parte Este y Sur.
Aunque las tierras del término municipal son mayoritariamente duras y descarnadas, a veces nos ofrece rincones agrestes llenos de rica vegetación destacando por su belleza el Risco de Valdehornos y los valles que le circundan, en los cuales se halla el manantial conocido como “Fuente de Valdehornos”. En las cercanías se destaca también el paraje denominado “El Punto de Mira”, desde los días claros y limpios se puede contemplar los monumentales castillos que circunda la comarca, así como los “mares de agua dulce interiores” de los pantanos. Estos parajes son muy recomendables por su belleza para realizar senderismo y cicloturismo. Estas rutas, aun vírgenes y sin señalar, nos pueden llevar de estos paisajes abruptos a un paisaje sereno y tranquilo del Embalse de Gargaligas o de Orellana, donde podremos practicar el saludable u emocionante deporte de la pesca deportiva, así como refrescarnos en la tórridas tardes del estío en la playa de los Calicantos.
Casas de Don Pedro se sitúa a unos tres kilómetros de la margen derecha del río Guadiana, concretamente en la cola del embalse de Orellana. Esto hace que la zona tenga una pendiente bastante suave lo que ha creado una zona muy adecuada para el baño. Zona que ya se usaba antes de ser construido el embalse.
Dada la situación y el uso que de la misma hacían los vecinos y visitantes durante los meses estivales, se ha ido adecuando la zona, creando en ella zonas de baño, zona de césped, y la edificación de una zona de aseos y duchas.
El embalse de Orellana, fue construido en 1961, carece de vegetación de ribera en su mayor parte, ya que las fluctuaciones en el nivel de agua lo hacen imposible. No obstante, en la cola, en las proximidades de la presa de García de Sola, el río recobra su aspecto natural y surge una densa vegetación de atarfes, adelfas, tamujos, chopos y sauces que cubren las orillas y las islas. El llamado Portillo de Cogolludo, lugar de cita de pescadores, cuenta con uno de los paisajes más excepcionales de todo el embalse y en sus inmediaciones se encuentran las ruinas de la ciudad romana Lacimurga.
El clima de la localidad es mediterráneo subtropical, con veranos cálidos y largos invierno frescos y poco lluviosos. La temperatura medial anual es de 16º C, siendo la temperatura media del mes más calido de 34º C en Julio y máximas absolutas que sobrepasan los 39º C, produciéndose un descenso paulatino hasta llegar a los meses de diciembre, enero y febrero con mínimas absolutas por debajo de cero grados. La primavera es muy reducida alcanzándose temperaturas en el mes de mayo que se aproximan a los 19º C. Las precipitaciones son escasas, presentándose una media anual de 590 Mm. Las máximas precipitaciones se producen durante el invierno, comenzando una disminución progresiva de las mismas hasta finales de junio, entrando en un periodo de sequía que se prolonga hasta mediados de septiembre.
Su término municipal es un resumen del paisaje de tres comarcas: la Siberia, La Serena y las Vegas Altas.
El ecosistema primigenio más representativo de la localidad es el “bosque esclerofilo mediterráneo” (árboles de hojas duras y persistentes), predominando la Encina en la mayor parte del espacio, acompañado del alcornoque en zonas más restringidas (sobre todo en umbría y algunos suelos profundos), al ser más exigente en humedad. Sin embargo, aparece hesadas o “bosque hueco” y a zonas deforestadas por completo, ubicadas sobretodo en la zona sur, donde crecen pastizales. Algunas zonas del término han sido reforestadas con pinos y árboles autóctonos.
La fauna del término municipal destaca por su tremenda diversidad, debido a la alternancia de gran cantidad de biotopos: roquedos, bosque, matorral, dehesa, cultivos, campo abierto, zonas húmedas, medio urbano,… Así, viven en la zona, prácticamente la casi totalidad de las 500 especies de vertebrados silvestres descritas en Extremadura.
Entre las aves, dependiente en gran medida del “bosque y matorral mediterráneo”, se hace notar un rica comunidad de pájaros insectívoros (currucas, mosquiteros, mitos, cucos, rabilargos,…) que comparten hábitat con algunos mamíferos carnívoros como el meloncillo y la jineta.
Aunque escasa, también sobrevuela nuestro término municipal una auténtica joya alada, la cigüeña negra, que halla en estos parajes uno de sus habitas óptimos, y se alimenta en la ribera del río y de charcas. En la zona de la dehesa, utilizando las bellotas como fuente de alimento, inverna una amplia población de grullas, relacionadas con el embalse de Orellana, cuya orilla usan como dormidero.
La fauna cinegética encuentra en la zona del Risco de Valdehornos un entorno ideal, donde conviven jabalíes y ciervos. La caza menor, en situación más crítica por lo general que la anterior, está representada principalmente por perdices rojas (que están perdiendo su pureza por hibridación con razas de granja que se sueltan para su caza), palomas torcaces, tórtolas, liebres y conejos.
Sobre las llanuras de la dehesa convive una rica comunidad de aves de campo abierto: la majestuosa avutarda, sisones, calandrias, y algunos aguiluchos cenizos. A estas áreas abiertas llegan durante el invierno otras aves, como los numerosos bandos de avefrías y chorlitos dorados.
La abundancia de agua (cola del Embalse de Orellana) ha propiciado el asentamiento de copiosos y variados grupos de ánatidas y otras aves acuáticas, lo que ha provocado que la zona sea declarada de especial protección de aves (ZEPA de Orellana y Sierra de Pela), así es fácil de encontrar: ánade real, canastera, ánade friso, somormujo lavanco, garcilla bueyera entre otras; y sobre todo especies invernantes como focha común, ánsar común, pato cuchara, espátula, águila pescadora,…
Tan importantes como las especies zoológicas citadas son las de reptiles y anfibios, por formar parte esencial de las redes tróficas en la Naturaleza. Están presentes en la zona la mayor parte de especies ibéricas. Es cuanto a fauna piscícola, la zona del embalse de Orellana goza de gran afluencia de pescadores no sólo locales sino también de otras provincias, alentados por la gran variedad, cantidad y calidad de las capturas: carpas, barbos, lucio, bogas, black bass,… son algunos de los peces más codiciados, aunque también existen otros de menor interés deportivo y culinario, pero de gran importancia ecológica.
En el casco urbano merecen distinción la cigüeña blanca, el cernícalo primilla, lechuzas, golondrinas, vencejos, aviones, salamanquesas, y murciélagos entre otros tienen una alta densidad en la población, favorecidos por la gran cantidad de presas de este entorno tan variado de recursos y por la tranquilidad relativa de sus nichos de nidificación.
Aqui oa dejamos unos enlaces a unos videos de la zona del Cerro Moral.